Que triste es la confusión,
cuando no sabes interpretarla.
Que triste son los encuentros,
cuando efímeros aparecen,
en el fondo del alba.
Y ahora que tu rostro se disuelve,
dentro del mar de las mil caras,
llorare por no reconocerte,
por no tener un último suspiro,
una última mirada en el alba.
Y luchare por recordarte
contra un mar de confusiones
que el sentido de mi mente dilata.
Mientras mire la camiseta
de Jaco Pastorius y le diga.
Adiós amigo Jaco.
En cada nota de tu música
sonara un nombre. Renata.
Hasta que su melodía
se vacíe en el alba.
Si señor, muy grande. Ya estoy metido dentro de la rutina aquí en mi casa. En cuanto pueda publicare más a menudo. Un abrazo!
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