En lo que se refiere a Neil Young, he de ser más sincero que nunca, hace mucho tiempo que no llegaba a disfrutar de un nuevo disco del vaquero canadiense, como he llegado a disfrutar este nuevo álbum desde los primeros compases de su inicio. Tal vez sea porque ha vuelto a cargar su escopeta contra todas las multinacionales, las cuales hace tiempo, hicieron de este planeta se convierta en un vertedero inhumano y hostil. Tal vez sea por la lectura que estoy haciendo de su nueva autobiografía que ha publicado el mago del folk psicodélico, el cual le estoy leyendo con toda mi atención para poder dar una crítica sobre este en el Rock The Best Music. Y es que, Neil Young es un músico muy fácil de entender en sus letras y, entre las líneas de los acordes de su guitarra, ese aura que a veces se timbra tan noble como al mismo tiempo tan falto de espontaneidad. Parece que todo está en su sitio, cuando una voz se une a otra para cargar contra los Monsanto o la Starbucks, apelando al espíritu de grandes nombres como John Lennon, o Bob Marley, grandes defensores del más débil, pequeños guerreros en contra de los abusos de las grandes corporaciones. A lo largo de nueve temas reivindicativos, directos y psicodélicos.
Canciones como " Wolf Moon", se convierten en cartuchos que cargan una escopeta para disparar contra el abuso medioambiental, abuso que está segando totalmente los cultivos de las granjas minoritarias. Siendo este un tema donde resalta todo lo bueno que no puede llegar a corromper estas multinacionales ante sus actos destructivos. Los cuales son visualizados en medio de una guitarra acústica y, una eléctrica relatan en "Big box" como no pagan nunca sus atrocidades que están haciendo contra el medio ambiente. Cómo han tomado tanto la democracia, imponiendo leyes para sus propios criterios, arruinando familias. Haciendo que el símbolo de la libertad pase por ser la bandera de una hazaña utópica. Pero al mismo tiempo cómo defiende la honestidad de las personas, a través de pequeños actos pueden dar la vuelta a ese círculo vicioso. Con algo tan fácil como quitar el control del gobierno a todas esas empresas.
The Monsanto years es el canto de una voz oxidada, que chirría y lo hace con fuerza, que coge su punto de maduración, para con un sabor muy ácido y para muchos demasiado agrio. Tras mucho tiempo dormido, Neil Young despierta, y lo hace de una forma fulminante. Una forma que para muchos que crecieron con el "Rockin' in the free world" les cogerá desprevenidos, y totalmente descolocados. Pero este es el Neil Young real, y ojala nunca más se descuelgue del camino que recorre en este nuevo álbum. ¡Un 10 por Young!
A mí al principio me emocionó mucho. Luego me perdió gas. Creo que es el momento de retomarlo porque es un gran disco del más grande. Abrazo, kamarada.
ResponderEliminarPara mi es uno de los que mas me han llenado de él, sin duda.
EliminarUn abrazo!!